Meditar me ayuda a decir NO
Antes de empezar con la meditación, prepara un té «matcha ceremonial» es rico en antioxidantes y previene el envejecimiento, relaja y da energía. Favorece la concentración y la claridad de la mente.
Dispón de una habitación o escoge un rincón como tu lugar, tu punto de encuentro para meditar. Cuida el espacio, mantenlo limpio y ordenado, sin vibraciones que te puedan distraer, y deja entrar solo aquellas personas que respeten tu espacio.
Sentado o tumbado en una esterilla limpia, la orientación hacia el norte o el este para aprovechar las vibraciones magnéticas favorables. Se considera que estas dos orientaciones son las mas favorables para la concentración espiritual.
El entorno debe estar libre de ruidos acústicos, tráfico, máquinas, ordenadores, teléfonos, etc… Es bueno si se puede meditar en la playa o en la montaña, cerca de un río, bajo un árbol o en la puesta de sol.
> Las mejores horas del día para practicar la meditación son las horas del alba y las horas próximas a la puesta de sol o en la puesta de sol.
Es importante tener un hábito, la continuidad de la práctica, así como un horario regular de meditación diaria. El subconsciente necesita regularidad para poder concentrarse con facilidad.
Empieza meditando de quince a veinte minutos cada día y vas aumentando gradualmente el tiempo hasta que llegues a la hora. Si ves que es mucho y no puedes, fíjate un objetivo de meditar media hora cada día. Es mejor meditar cada día durante media hora que dos horas una vez en semana.
Cuando te hayas acostumbrado a la práctica, sentirás la necesidad de meditar cada día; si por las circunstancias no pudieras practicar; experimentaras un malestar interior similar a cuando empiezas el día sin lavarte la cara o los dientes.