OPERACIÓN BIKINI
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La dieta debe consistir en una buena ingestión de alimentos. La operación bikini la tenemos todo el año. La dieta, no debe ser un problema, lo más importante es identificar el problema y trabajar sobre el. El problema esencial de una dieta no reside en su eficacia sino en su mantenimiento a largo plazo.
Para nuestra piel es importante ingerir buenos alimentos y hacer comidas sanas, la dieta mediterránea es ideal. Si tu día a día es comer fuera de casa te ayudo en escoger un plan perfecto. Debemos pensar en nuestra piel y nuestro cuerpo. La operación bikini siempre está presente.
Importante, emplear los cuatro grupos básicos de productos: verduras, proteínas, hidratos de carbono y frutas o lácteos desnatados de postre o entre horas.
Perder peso, sin recuperarlo nunca, y además seguir llevando una vida social y profesional idénticas a la de antes.
Mi consejo: sé exigente. Eres ambiciosa o ambicioso en tu vida profesional. Importante serlo también contigo misma o mismo. «Invierte en ti«
No mezclar nunca los glúcidos malos ( pan, harina, féculas, frutas) con lípidos(carne, grasas, aceites) durante una misma comida.
Evitar todos los elementos glúcidos – lípidos ( leche, chocolate, aguacate, hígado, avellanas)
Suprimir totalmente el azúcar. Comer harinas no refinadas solamente.
Comer sólo pan integral, con salvado o fabricado con harinas no refinadas (únicamente en el desayuno).
Olvidarte de las patatas y sobre todo, de las patatas fritas.
Olvidarte del arroz blanco. Comer sólo (y moderadamente) arroz integral.
No comer jamás pastas elaboradas con harinas refinadas. Comer pasta hecha con harina integral o no refinada
Rehabilita las leguminosas, sobre todo como plato principal de la cena.
Renuncia provisionalmente al alcohol en todas sus formas, aperitivos, vino, cerveza, bebidas digestivas. Esto es esencial en los primeros días que empiezas la dieta.
Evitar los cafés demasiado cargados. Acostumbrate a tomar café americano o descafeinado.
No saltarse jamás una comida. Repartir la alimentación en 3 o 5 comidas, si es posible siempre a la misma hora.
Limitar el consumo de » malos lípidos» y preferir los < buenos > para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Beber poco durante la comidas para evitar anegar los jugos gástricos. No beber nunca al sentarse a la mesa.
Tomate tiempo para comer. Una correcta masticación y evita tensiones durante la comida.
Prepara tu mismo los zumos de frutas.
Espera de tres a cuatro horas antes de ingerir lípidos después de una comida de glúcidos ( desayuno por ejemplo).
Come mucha fibra alimentaria, ensalada, puerros, espárragos, alcachofas, berenjenas, etc.
Es fundamental no saltarse ninguna comida, pues ello confunde al organismo, que tenderá a acumular reservas en la comida siguiente. Las comidas, por tanto, han de ser tres, más la eventual merienda. Evita desayunos y comidas «fantasmas», compensados por cenas pletóricas.
La fruta comerla en ayunas. Cuando la fruta se come asociada con otros elementos, perturba la digestión de éstos y, además, pierde la mayoría de las propiedades (vitaminas, etc..) que son las razones para comerla. En pocas palabras: el error más grande que se puede cometer es consumir fruta al final de las comidas. La única fruta que puede comerla todos los días por su cuya tasa de fructosa es tan baja. Son las fresas, las frambuesas y las moras.
- comer la fruta sólo en ayunas
- no mezclar nunca proteínas lipídicas con glúcidos
- no tomar nunca bebidas gaseosas (cerveza, agua mineral con gas, refrescos con gas, etc..)
- hacer gimnasia abdominal (1/4 de hora todas las mañanas)
- comer pan integral, salvado y muchas fibras alimentarias para prevenir el estreñimiento.
- por último, hacer relajación (meditación)
